CENTRO OFTALMOLÓGICO Y OCULOPLÁSTICO DE MADRID
 

                                                          MIOPÍA

 

¿Qué es la miopía?

La miopía es el defecto de refracción del ojo o ametropía en el cual los rayos de luz paralelos convergen en un punto focal situado delante de la retina, en lugar de converger en la misma retina por un exceso de potencia de refracción de los medios transparentes del ojo con respecto a su longitud. Esto ocurre cuando el ojo es más largo de lo normal o tiene una córnea demasiado curva (convexa).

El fenómeno de la refracción consiste en que la luz cambia su dirección al pasar a través de un objeto hacia otro. La visión ocurre cuando los rayos de luz se desvían (son refractados) al pasar a través de la córnea y el cristalino. Esta luz es enfocada luego sobre la retina. La retina transforma la luz en impulsos eléctricos que se envían al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro interpreta estos mensajes, convirtiéndolos en las imágenes que vemos.

Es el defecto de refracción más frecuente y posiblemente el problema visual más común del mundo. En países como Estados Unidos, aproximadamente entre el 25 % y 30% de la población tiene miopía, en Europa se estima en un 40 % y hasta un 80% en países del este de Asia.

Una persona con miopía tiene dificultades para enfocar bien los objetos lejanos, lo que provoca déficit de agudeza visual.

La magnitud de la miopía se mide en dioptrías negativas y se corrige con lentes divergentes, ya sean gafas o lentes de contacto.

 

¿Quién corre riesgo de tener miopía?

La miopía puede afectar tanto a los niños como a los adultos aunque se diagnostica, con frecuencia, en niños entre 8 y 12 años de edad. Suele aumentar durante la adolescencia coincidiendo con el crecimiento y el desarrollo, siendo pocos los cambios que ocurran entre los 20 y los 40 años de edad, pero a veces la miopía también puede variar con la edad, especialmente cuando comienzan a desarrollarse las cataratas, por encima de los 60 años.

Se considera un trastorno hereditario por lo que las personas cuyos padres tienen miopía cuentan con más probabilidades de ser miopes.


¿Cuáles son los signos y síntomas de la miopía?

Siempre se ha considerado que el síntoma principal de la miopía el la dificultad para ver “de lejos” mientras que conservan una buena visión “de cerca”, algo que se acepta como norma general, aunque no en todos los casos ni a todas las edades se cumple. Por tanto, lo que define a la miopía es la dificultad para ver los objetos a distancia (señales de tráfico, pizarra de clase, películas…)

 A este defecto de visión se añaden algunos signos y síntomas muy característicos de los pacientes miopes, tales como:

-      Esfuerzo ocular

-      Irritación ocular

-      Dolores de cabeza

-      Fatiga visual

-      Entrecerrar y apretar los ojos para enfocar mejor

   

¿Qué es la miopía magna, patológica o degenerativa?

En la mayoría de los casos, la miopía es simplemente un inconveniente y supone poco o ningún riesgo para la salud de los ojos. Sin embargo, a veces la miopía puede progresar tanto y ser tan grave que se considera una enfermedad degenerativa. Se considera miopía magna la que supera las 5 dioptrías.

Se trata de una enfermedad relativamente rara, se cree que es hereditaria y suele comenzar en la primera infancia.

En la miopía magna, el alargamiento del globo ocular ocurre de manera progresiva y acelerada, lo que conduce a una rápida y grave progresión de la miopía y pérdida de la visión.

 Las personas con esta enfermedad tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir una serie de complicaciones oculares algunas de las cuales  pueden poner en serio riesgo su salud ocular:  

 -      Desprendimiento de retina por degeneraciones periféricas. 

-      Cambios degenerativos en la parte posterior del ojo.

-      Enfermedad macular (maculopatía miópica).  

-      Posibilidad de sangrado en el ojo debido al crecimiento anormal de los vasos sanguíneos (neovascularización, membrana neovascular coroidea).

-      Mayor riesgo de desarrollar glaucoma y cataratas a edades más tempranas, así como luxación o subluxación del cristalino.

 

¿Cómo se corrige la miopía?

La miopía se puede corregir con gafas, lentes de contacto o cirugía.

Las gafas son la forma más simple y segura de corregir la miopía y mejorar al máximo su visión.

Las lentes de contacto funcionan al convertirse en la primera superficie de refracción para los rayos de luz que entran al ojo proporcionando un enfoque más preciso, una visión más clara, un campo visual más amplio y una mayor comodidad. Son una opción segura y eficaz si se ajustan y se usan de manera correcta y moderada, cuidando el número de horas y días que se utilizan y proporcionando al ojo la hidratación y lubricación necesaria en forma de lágrimas artificiales para reducir los problemas o complicaciones que originan las lentes de contacto con su mal uso.

La cirugía refractiva tiene el propósito de cambiar la refracción actuando a nivel de la córnea (variar su forma o curvatura) o a nivel del cristalino mediante lentes intraoculares de diversos tipos para así mejorar la visión y disminuir o eliminar la necesidad de usar gafas o lentes de contacto.

Los procedimientos más comunes son los que se realizan con un láser excímero:

-      Con la técnica PRK (queratotomía fotorrefractiva), el láser elimina parte  del tejido corneal más superficial con el fin de aplanar la córnea y así permitir que los rayos de luz se enfoquen con más precisión en la retina.

-      Con la técnica LASIK — la cirugía refractiva más común— se separa una delgada capa (colgajo) de la superficie de la córnea y se pliega hacia atrás; a continuación, el láser retira parte del tejido corneal y, después, se vuelve a colocar el colgajo a su posición original.

Las lentes intraoculares (fáquicas y pseudofáquicas) son la otra opción quirúrgica para corregir la miopía, de elección en aquellos pacientes con una miopía alta o con la córnea más delgada de lo normal y que pueda incrementar el riesgo de tener complicaciones derivadas de la cirugía LASIK o de otros procedimientos de corrección de la visión con láser.
Las lentes intraoculares fáquicas se implantan sobre el propio cristalino mientras que las pseudofáquicas sustituyen al cristalino que se extrae mediante facoemulsificación, la misma técnica utilizada para operar las cataratas, y por lo general son permanentes.

 
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