CENTRO OFTALMOLÓGICO Y OCULOPLÁSTICO DE MADRID
 

ORBITOPATÍA TIROIDEA

 

¿Qué es la orbitopatía tiroidea?

La orbitopatía tiroidea es una enfermedad inflamatoria autoinmune de la órbita que aparece en pacientes con disfunción tiroidea. También se la conoce por otros nombres como Oftalmopatía tiroidea, Orbitopatía de Graves…

Se trata de una enfermedad que se asocia con un mal funcionamiento del tiroides, fundamentalmente, hiperfunción (hipertiroidismo) aunque también puede aparecer en pacientes con baja función tiroidea (hipotiroidismo) o con función normal del tiroides.

En el 90% de los casos de orbitopatía tiroidea existe un hipertiroidismo asociado, aunque existe un 10% de los casos que están asociados a hipotiroidismo, tiroiditis o, incluso, buena función tiroidea.

En caso de asociarse a hipertiroidismo, que es lo más frecuente, la orbitopatía suele aparecer en los siguientes 6 meses al diagnóstico de la enfermedad tiroidea, aunque es muy variable y puede aparecer antes del hipertiroidismo o muchos meses después.

 

¿Por qué se produce la orbitopatía tiroidea?

Se desconocen exactamente las causas por las que se produce esta enfermedad.

Se sabe que es una enfermedad autoinmune, esto es, producida por las propias defensas del organismo que atacan a ciertas partes de la órbita al no reconocerlas como propias y considerarlas como tejidos extraños.

Por lo tanto, en esta enfermedad es muy importante el papel de los autoanticuerpos.

Se piensa que la orbitopatía se produce como una respuesta a determinados antígenos que son moléculas presentes en la superficie de los músculos y la grasa orbitaria que, por motivos aún no muy bien conocidos, no son reconocidos por las defensas del organismo produciendo anticuerpos que se dirigen contra ellos (autoanticuerpos) y que son los que desencadenan la respuesta inflamatoria que se produce en esta enfermedad.

En una primera fase, los autoanticuerpos al unirse a los antígenos generan una reacción en la cual lo que predomina es el edema y la inflamación que afectan a los músculos que mueven los ojos, a la grasa y a los tejidos blandos de los párpados. Esta fase inflamatoria suele durar entre 6 y 24 meses.

La segunda fase se caracteriza por la aparición de cicatrización ( fibrosis) que afecta a los mismos tejidos anteriormente citados. En esta segunda fase los tejidos inflamados empiezan a producir fibroblastos que, a su vez, producen colágeno y fibrosis. Esta fibrosis es la responsable de la pérdida de elasticidad de tejidos como los músculos extraoculares.

 

¿Cuáles son los síntomas de la orbitopatía tiroidea?

Como hemos comentado con anterioridad hay dos fases en la enfermedad. Una primera fase, que se denomina inflamatoria y otra segunda fase que se denomina no inflamatoria o cicatricial.

La primera fase suele durar entre 6 y 24 meses. En esta fase predominan, como su propio nombre indica, signos clínicos inflamatorios como inflamación y enrojecimiento de los párpados, enrojecimiento ocular, protrusión de los ojos (exoftalmos o proptosis), visión doble, dolor con los movimientos oculares o sensación de presión detrás de los ojos y apertura palpebral exagerada tanto del párpado superior como del inferior (retracción palpebral). En esta fase, si existe una gran inflamación de los músculos que mueven los ojos o de la grasa orbitaria se puede producir una compresión del nervio óptico que puede provocar pérdida de visión que es una complicación grave y que se denomina neuropatía distiroidea.

En la fase no inflamatoria o cicatricial, no se observan ya signos inflamatorios, pero el paciente puede seguir presentando visión doble, protrusión de los globos oculares y retracción palpebral. Sin embargo, habrán desaparecido la inflamación y el enrojecimiento palpebral, el enrojecimiento ocular, el dolor con los movimientos oculares y la sensación de presión detrás de los ojos.

 

¿Cómo se diagnostica la orbitopatía tiroidea?

El diagnóstico de la orbitopatía tiroidea se basa en la exploración clínica, pruebas diagnósticas y pruebas de imagen.

En la exploración que le realizará el oftalmólogo, se incluyen:

-      Toma de Agudeza Visual

-      Determinación de reflejos pupilares

-      Exploración del segmento anterior del ojo con lámpara de hendidura

-      Determinación de la motilidad ocular

-      Determinación de la presión intraocular

-      Exploración de fondo de ojo

-      Exploración palpebral

-      Determinación del grado de protrusión ocular (exoftalmos) con un exoftalmómetro

Entre las pruebas diagnósticas que se podrían pedir a un paciente con sospecha de orbitopatía tiroidea se encontrarían:

-      Analítica sanguínea para determinación de niveles de hormonas tiroideas (T3, T4 y TSH) o de autoanticuepos (TSI)

-      Campo visual

-      OCT del nervio óptico

-      Test de colores

Ocasionalmente, puede ser preciso solicitar pruebas de imagen como:

-      TAC orbitario

-      Resonancia Nuclear Magnética de la órbita

 

Es el conjunto de todas estas exploraciones y pruebas las que permiten llegar al diagnóstico de orbitopatía tiroidea y a determinar si la misma se encuentra en fase aguda o fase cicatricial pues cada una de estas fases tiene un tratamiento distinto.

 

¿Cómo se trata la orbitopatía tiroidea?

En esta enfermedad es muy importante el diagnóstico precoz pues cuanto antes se trate al paciente en la fase aguda menores son las secuelas que le van a quedar en la fase cicatricial.

El tratamiento de la fase aguda es con antiinflamatorios. Los corticoides administrados por vía intravenosa a dosis altas (pulsos intravenosos), semanalmente, durante varias semanas son el tratamiento de primera línea. En aquellos casos en que no haya respuesta a los corticoides se pueden plantear otros tratamientos que incluyen medicamentos biológicos (tocilizumab, teprotumumab…) o radioterapia de la órbita.

Si el paciente es diagnosticado en fase cicatricial, la única solución es ya quirúrgica e incluye técnicas como descompresión orbitaria (para el tratamiento del exoftalmos), cirugía de estrabismo (para la visión doble), cirugía de la retracción palpebral o blefaroplastia para extirpación de piel y bolsas grasas.

 

¿Se puede prevenir la orbitopatía tiroidea?

Para prevenir la orbitopatía es preciso un buen control metabólico, intentando mantener la función tiroidea dentro de los límites de la normalidad.

Se han encontrado ciertos factores que empeoran la progresión de la enfermedad y sobre los cuales se puede actuar:

-      Tabaco. Los fumadores tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar formas más graves de orbitopatía por lo que es aconsejable evitar este hábito en caso de padecer la enfermedad.

-      Stress. También se ha comprobado que empeora la evolución de la enfermedad.

-      Diabetes. Los pacientes diabéticos tienen también más riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad por lo que es preciso un adecuado control de los niveles de glucosa. 

 
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