CENTRO OFTALMOLÓGICO Y OCULOPLÁSTICO DE MADRID
 

                                                    PTOSIS PALPEBRAL

 

¿Qué es la ptosis palpebral?

La ptosis palpebral es la caída del párpado superior. En condiciones normales el párpado superior sólo cubre 1-2 mm de la córnea. Cuando se produce una ptosis, el párpado puede cubrir más milímetros de la córnea e, incluso, llegar a ocluir el eje pupilar.

Es una patología frecuente en personas mayores pero también puede afectar a niños.

FOTO DE PTOSIS

 

¿Por qué se produce la ptosis?

En el párpado existen dos tipos de músculos. Los músculos protractores son los que cierran los párpados siendo el más importante el músculo orbicular. Los músculos retractores son los encargados de abrir los párpados.

En el párpado superior existen dos músculos retractores: el músculo elevador del párpado superior y el músculo de Müller.

El músculo elevador del párpado superior es el músculo más importante a la hora de abrir los ojos. Es un músculo largo que se origina en el vértice de la órbita y se dirige por el techo de la órbita hasta insertarse en la porción fibrosa, más dura, del párpado que es los que se denomina tarso. En los últimos Durante este trayecto desde el vértice orbitario al párpado, en su porción final, el músculo elevador se convierte en una especie de tendón muy fino que se denomina aponeurosis. Este músculo se encuentra inervado por el III par craneal.

Existen diferentes tipos de ptosis, según el momento de aparición y según la causa.

Según el momento de aparición, las ptosis se clasifican en:

-      Ptosis congénitas: Aparecen desde el nacimiento. La causa fundamental se debe a una malformación del músculo elevador del párpado que sufre una metaplasia, es decir, una transformación pasando de ser un músculo a convertirse en un tejido fibroso o graso, sin capacidad de contracción.

-      Ptosis adquiridas: Aparecen por la edad y la causa más frecuente es por una desinserción de la aponeurosis del músculo elevador.

Según las causas que las originan, las ptosis pueden ser clasificadas en:

-      Aponeuróticas: Son las más frecuentes y, como se comentó anteriormente, se deben a una desinserción de la aponeurosis del elevador. Se asocian a la edad y al uso de lentes de contacto.

-      Miogénicas: Se deben a malformaciones o enfermedades de los músculos. Algunos ejemplos son las ptosis congénitas y las asociadas a enfermedades musculares (miastenia gravis, distrofias musculares, miopatías…)

-      Neurogénicas: Se deben a enfermedades de los nervios que inervan al músculo elevador del párpado superior (por ejemplo, parálisis del III par craneal, síndrome de Horner…)

-      Mecánicas: Se deben a lesiones palpebrales de gran tamaño como tumores que provocan un descenso del párpado superior. En estos casos no hay afectación ni del músculo ni de la aponeurosis, ni de los nervios que inervan al músculo y el descenso del párpado se debe al peso de la lesión palpebral.

 

¿Cuáles son los síntomas de las ptosis?

El síntoma fundamental es la caída del párpado superior. Esta caída puede ser leve, provocando sólo un problema estético, o puede ser importante provocando la oclusión del eje visual y disminuyendo el campo visual. Para compensar esta disminución del campo visual superior, algunos pacientes, inconscientemente elevan la barbilla dando lugar a una tortícolis compensadora.

En otras ocasiones, el paciente trata de abrir la hendidura palpebral con el músculo frontal, ya que el elevador no funciona correctamente. Esta maniobra produce una elevación de las cejas.

Si la ptosis se asocia a enfermedades musculares o neurológicas el paciente puede tener otros síntomas como visión doble (diplopia) o alteraciones pupilares.

En las ptosis congénitas es muy importante el diagnóstico y tratamiento precoz, pues pueden producir ambliopías (ojos vagos) o aumento del astigmatismo.

 

¿Cómo se diagnostican las ptosis?

Una sencilla exploración permite al oftalmólogo hacer el diagnóstico de ptosis.

El oftalmólogo realizará una serie de medidas entre las que se incluyen la distancia entre los párpados (hendidura palpebral) y la función del músculo elevador (la fuerza de este músculo).

Se valorarán también signos o síntomas de posibles patologías sistémicas ( enfermedades musculares o neurológicas) y, en algunos casos, se pedirán pruebas complementarias como resonancia o escáner craneal.

Es muy importante descartar, en caso de ptosis congénitas, la presencia de un ojo vago (ambliopía) que es una complicación frecuente.


¿Cómo se tratan las ptosis?

Salvo en algunos casos en los que la ptosis se asocia a enfermedades neurológicas o musculares (p.e. miastenia gravis) que pueden ser tratadas médicamente, el resto de las ptosis requieren cirugía.

La técnica quirúrgica varía en función de la función del músculo elevador. Básicamente se emplean dos tipos de técnicas. Cuando la función del elevador es buena, se actúa acortando o reponiendo la aponeurosis del elevador. Cuando la función del músculo elevador es mala (poca fuerza) hay que acortar el propio músculo elevador o emplear técnicas de suspensión que utilizan la fuerza del músculo frontal para elevar el párpado.

La cirugía, en adultos, se realiza con anestesia local y sedación. El paciente puede regresar a su casa en unas horas. En niños, es preciso utilizar anestesia general.

 

¿Cómo se previenen las ptosis?

Únicamente se podrían prevenir las ptosis producidas por una desinserción de la aponeurosis del elevador. Entre las medidas preventivas se encontrarían no abusar del uso de lentes de contacto en pacientes portadores de las mismas o no frotarse frecuentemente los párpados. 

 
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