RETRACCION PALPEBRAL
¿Qué es la retracción palpebral?
La retracción es una malposición palpebral que consiste en que la hendidura palpebral (distancia entre el borde palpebral superior e inferior) está más aumentada de lo normal.
En condiciones normales, el párpado superior cubre 1-2 mm la córnea y el párpado inferior se sitúa a la altura del limbo córneo-escleral (la zona límite entre la córnea y la esclera – la parte blanca del ojo).
Cuando el párpado superior está por encima del limbo superior y se ve esclera (blanco) entre el párpado superior y la córnea, hablamos de retracción palpebral superior.
Cuando somos capaces de ver esclera (blanco) entre la córnea y el párpado inferior, hablamos de retracción palpebral inferior.
¿Por qué se produce la retracción palpebral?
El origen es muy variado. Sin embargo, actualmente la causa más frecuente de retracción palpebral superior e inferior, de un ojo o de los dos, sigue siendo la oftalmopatía tiroidea (también llamada orbitopatía tiroidea u orbitopatía de Graves).
Otras causas incluyen parálisis faciales, traumatismos palpebrales, tumores, cirugías palpebrales previas, miopía magna, envejecimiento, ojos saltones…
¿Qué síntomas produce la retracción palpebral?
Aparte del aspecto estético, ya que la retracción palpebral puede dar aspecto de mirada espantada o de miedo, el aumento de la hendidura palpebral va a provocar que se incremente la evaporación de la lágrima, aumentando la sequedad ocular. Muchos de estos pacientes van a presentar irritación ocular, enrojecimiento ocular, sensación de arenilla o lagrimeo.
¿Cómo se explora la retracción palpebral?
El médico oftalmólogo realizará una serie de exploraciones sobre los párpados para determinar la magnitud y el posible origen de la retracción palpebral.
También explorará la superficie ocular mediante una lámpara de hendidura y la instilación de gotas de colorantes.
En algunos casos, el paciente deberá ser remitido a otros especialistas como, por ejemplo, el endocrinólogo. En otras ocasiones, se le pedirán algún tipo de analítica sanguínea para determinar niveles hormonales o determinación de autoanticuerpos.
¿Cómo se trata la retracción palpebral?
El tratamiento va a depender de la causa. En la mayoría de los casos será quirúrgico, pero no siempre.
Por ejemplo, si se trata de una retracción palpebral asociada a orbitopatía tiroidea de reciente comienzo, un tratamiento médico con anti-inflamatorios o con una mejora del control hormonal puede resolver la retracción sin tener que realizar una cirugía.
En aquellos pacientes que presentan retracción palpebral superior y que no desean cirugía o es esperable una mejoría espontánea posterior puede utilizarse la toxina botulínica para provocar una ptosis palpebral que corrija la retracción. El efecto de la toxina botulínica no siempre es satisfactorio y suele durar entre 4-6 meses.
El tratamiento quirúrgico de la retracción palpebral superior depende del grado de retracción. Para casos leves, se suele emplear una técnica denominada müllerectomía que consiste en la extirpación de un pequeño músculo (músculo de Müller) cuya función es la elevación del párpado superior. Es una técnica quirúrgica que se hace con anestesia local y que no precisa sutura.
Para los casos más graves, se suelen utilizar desinserciones parciales o totales del músculo elevador que es el otro músculo responsable de la elevación del párpado. En este caso, sí se precisa de sutura en piel y pueden ser necesarias reintervenciones o ajustes postoperatorios.
En la retracción palpebral inferior, en los casos leves se suele hacer tiras tarsales o cantopexias que permiten elevar el párpado actuando sobre el canto lateral del mismo.
En casos más graves de retracción palpebral inferior es necesario la implantación de injertos en el párpado inferior, por dentro, que pueden ser de esclera de banco, tarso, paladar duro o cartílago auricular.
En ocasiones, puede ser preciso una elevación del tercio medio facial (lifting medio-facial) en casos complejos o, sobre todo, asociados a parálisis facial.